Hola miles de gracias a quienes lo leéis, recordad que me nutro de seguidores y comentarios, espero que lo comentéis. Hoy tendremos más problemas.
Como siempre os digo, si veis algún fallo decírmelo, lo he repasado pero siempre queda algo, gracias. :)
Como siempre os digo, si veis algún fallo decírmelo, lo he repasado pero siempre queda algo, gracias. :)
Nº De registro en Safe Creative: 1606188173629
POV ANA
Nos daban mucha pena
los chicos, porque aunque no habíamos tenido mucho contacto ni Carlisle ni yo
durante el ratito hasta que nos interrumpieron, ellos habían trabajado duro,
Nuria y Sofía eran muy buenas a la hora de mandar a sus maridos cosas
imposibles, cada vez que los veía se me caía el alma a los pies, además de que
se habían quedado sin sexo por ser “malos”.
En ese momento me hallaba
en la cama, esperando a que Edward me trajera el desayuno a la cama, ya que
Carlisle se había ido a cazar con Emmett.
Toc, toc. Sonó la
puerta. Pasa pensé.
―Hola princesita, te traigo tu desayuno. Me dijo con voz
muy dulce. Lo que hizo que me riera.
―No sé por qué haces esto mientras no este tu mujer, te
dije que podías no hacerlo. Le dije.
―Ya pero me apetece hacerlo, además no tengo nada mejor que
hacer, y lo sabes. Estoy castigado igual que Emmett.
―Sí, y por eso voy a hablar con las dos. Llevamos 2
semanas, aquí y vosotros lleváis dos semanas casi, sin probar a las niñas, (no
pienses mal), además que yo sé que ellas lo están deseando. Por lo que... luego
las llamo y hablo con ellas. ¿Cuándo vuelven los chicos? Le pregunté.
―Al anochecer, Carlisle dijo que luego me fuera yo. Pero si
quieres me quedo, dijo guiñándome un ojo. (El pobre me tiraba los tejos en
broma, cada vez que le daba pie a ello)
―No, claro, que no. Jajaja, si te pilla tu mujer te
castra... o algo peor. Lo sabes ¿no?
―Sí, y creo que ya lo sabe, porque lo estas pensando, como
se lo has podido decir, me dijo.
―Jajaja, porque yo ser una mujer mala. Dije.
Me dejo la bandeja, y
salió por la puerta, desayune con el móvil en la mano contándole todo a Sofía
la pobre se reía tanto que me dijo que por la tarde se pasaría para hablar las
3 y hacer una tarde de chicas.
Cuando acabé de
desayunar me levanté para llevar los platos con la mala suerte de tropezarme
con las sabanas y caer al suelo, se oyó el golpe seco de mi cuerpo contra el
suelo.
Vi volar a Edward a
mi lado, Ana, Ana, le oía decir, pero mi cabeza daba vueltas. Se me puso todo
negro.
POV Edward.
―Ana, Ana, dios tengo que llamar a Carlisle, dios esta
sangrando. Mierda. Saqué el teléfono.
―Carlisle, tenemos un problema, Ana se ha caído, esta inconsciente
y esta sangrando, ¿venís? Rápido, por favor, no la siento.
Tardaron menos de 10
minutos en llegar, la tumbó, Emmett tuvo que salir, el olor era irresistible
pero yo ya estaba acostumbrado. Le miré y le indiqué que llamara a las niñas para
que fueran.
Él asintió y salió.
Yo me quedé, Carlisle la curó las heridas, pero la de la cabeza era muy grande,
como no lo había visto Alice.
La llamé para
preguntarle, y me dijo que no lo había visto, porque no era su destino que algo
había cambiado. Colgué. Carlisle me miró.
―Hijo tú no tienes la culpa, me dijo.
―Pero si hubiese estado aquí, quizás, no se hubiese
tropezado.
―No, además ya respira, mira ves, el golpe en la cabeza es
lo único que me preocupa, así que haz algo, llama a Gustavo, el medico del
pueblo que ya nos conoce, y dile que suba con la ambulancia, vamos a bajarla
para hacerle un reconocimiento, y no te atormentes mas.
―Emmett, ¿Qué ha pasado? Oí decir a Nuria, que habían
llegado muy nerviosas.
―Es Ana, se ha caído, en la habitación. Dijo Emmett
―Oh!! Dios mío. Dijo Sofía. Oí como subían las escaleras.
―Que no entren, dijo Carlisle.
Salí fuera, las
chicas subían rápido, que agilidad.
―¿Dónde está? ¿Cómo esta? Decía Nuria.
―Tranquila, Carlisle esta con ella, tengo que llamar al
medico, venid conmigo. Dije.
―No, no, no, queremos verla. Dijo Sofía, hiperventilando.
―No, por favor, hacerme caso, venga chicas, dije intentando
sonar razonable.
Conseguí que bajaran,
Sofía se sentó a mi lado, con la cabeza entre mi pecho, y Nuria con Emmett
porque al pobre se le veía muy mal. Cogí el teléfono.
―Gustavo, soy Edward, hemos tenido un problema en la isla,
¿puedes traer la ambulancia?, por favor. Dije.
―No, es Ana, la mujer de Carlisle, se ha tropezado con las
sabanas y ha estado inconsciente durante más de 10 minutos. (Pausa) Sí, por eso
Carlisle quiere hacerle reconocimiento. (Pausa) Gracias Gustavo. Colgué el
teléfono.
Vi a mi esposa
mirarme y echarse a llorar, la acuné, Nuria estaba igual, Emmett era menos
delicado pero la tenía abrazada. Vimos salir a Carlisle, con Ana, en brazos,
seguía dormida. La puso encima de la mesa, y se sentó allí con ella.
―Gustavo viene para acá, a dicho que tardará menos de 5
minutos.
―Gracias, hijo. Dijo mi padre.
Cuando llegó Gustavo
entre él y Carlisle la subieron a la ambulancia, le prometimos quedarnos aquí,
para no despertar más problemas. Y se fueron. Estuvimos toda la noche, con el
“corazón” en un puño.
POV Carlisle
Ana tenía un golpe serio
en la cabeza, pero tenía varias lesiones, en el brazo derecho, en un tobillo, y
una brecha importante, además de una costilla rota, la verdad podía haber sido
peor.
Dimos las gracias a
Gustavo, deseaba acercarnos, le dije que no hacía falta que Edward bajaría a
por nosotros. Nos esperaba un coche, pero no era Edward, nos despedimos y cogí
en brazos a mi dulce esposa, que estaba somnolienta por la medicina, que le
habían dado, y la subí al coche, me quedé con ella un rato, y luego nos dirigimos,
a la casa.
Vi luz, seguro que
eran mis hijos con sus esposas. Decidí que sería mejor volver a Forks cuanto
antes, Ana tendría que estar un tiempo en casa y aquí ya no disfrutaría, pero
tendría que hablarlo con el resto de la familia.
Llegamos, la cogí en
brazos, me despedí de quien nos había traído, y nos acercamos a la casa, el
primero en salir fue Edward.
―¿Cómo está?, preguntó suavemente.
―Bien, muñeca, tobillo, y costilla rota, pero el resto
bien. No te preocupes, hijo. Dije.
―Gracias al cielo, pensamos que podía ser peor, las chicas
están nerviosas, papá, deberíamos darles algo para dormir, o estarán histéricas
cuando se despierte. Señalando a mi mujer.
―Claro hijo, en cuanto la deje en su cama. Dije,
preocupado.
Entramos en la casa,
las chicas, acudieron, cuando la vieron, se relajaron pero no del todo, querían
quedarse a dormir, las dije que no hacía falta, y la subí a la habitación, la
dejé durante unos segundos, y baje un bote de pastillas para Edward y para
Emmett.
―Que se tomen, solo una, y mañana como nuevas. Dije, sonriendo.
―Vaya, noche sin… dijo Emmett sin terminar.
―Emmett!!! Le riñó Edward.
Me imaginé lo que
quería decir, y le miré de mala manera, y sonriendo para dentro, que hombre
solo pensando en el sexo.
Nos despedimos, y me
subí a la habitación con mi mujer, para que cuando se despertará me viera. Me
tumbé con ella, y no dejé de mirarla.
ayyy pobre Ana, vaya caída!! Menos mal que se está recuperando
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