lunes, 28 de noviembre de 2016

Clases Particulares con el Doctor Cullen + 18: 21 CAPITULO

Hola miles de gracias a quienes lo leéis, recordad que me nutro de seguidores y comentarios, espero que lo comentéis. Hoy nos van a surgir problemas. 

Como siempre os digo, si veis algún fallo decírmelo, lo he repasado pero siempre queda algo, gracias. :) 


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Emmett era el que peor llevaba eso de ser esclavo, nunca lo había sido, así que cuando Ana, le dijo que tenía que limpiar la casa, en tiempo humano no vampiro, se le quedó una cara… de esas.

Edward le tocó limpiar los coches, y Carlisle miraba a sus hijos con resignación, él no estaba enfadado, un poquito pero todo no.

―Ana, cariño, ¿no crees que podíamos irnos a esa cascada a darnos un “baño”? Dijo Carlisle, susurrando.
―Claro cariño, espera que me coja el bikini. Dijo ella.
―¿Os vais? Dijo Em.
―Sí, pero tú te quedas aquí, y Nuria te estará observando. Dijo ella.
―Vaya… snif. Dijo él.

Cogieron el coche, y se encaminaron hacía allí.

Carlisle quería darle a Ana, lo que no había podido, así que cogió una botella de champan francés (del bueno) y dos copas, y se fueron a una pequeña cascada que había allí en la zona.

Carlisle se bajó del coche, y cogió a Ana, de la mano. Como un gran caballero, se acercó a ella y la besó suavemente, piquito a piquito.

A ella se le erizó el bello, era ideal, el hombre, se sentaron en la arena, y mientras ana se desnudaba, para bañarse, (no penséis mal) Carlisle empezó a preparar todo, unas velitas, una cena romántica el tío estaba en todo.

Cenaron a la luz de las velas, mientras de fondo los sonidos de la naturaleza, era una verdadera dulzura.

Luego se metieron en el agua, al contacto de la piel de Ana, se erizó, estaba fría, así que Carlisle se acercó a ella suavemente, y la besó suavemente, los hombros, la cara, los labios, mientras la masajeaba suavemente.

Susurrándole todo lo que deseaba de ella, después del agua, se tumbaron a la luz de la luna y se acercaron cariñosamente, la siguió besando, recorriendo todos los rincones del cuerpo, y acariciándola, poco a poco, así hasta que hicieron el amor, un amor no salvaje sino tierno y bonito, cuando acabaron Ana, se tumbó encima de su pecho y se quedó dormida encima.

Mientras en la casa......

Emmett estaba harto de que Edward no hiciera nada mientras él se chupaba todas las cosas de hacer, había limpiado la casa, hecho la comida, dado masajes a las chicas, en fin todo. Mientras Edward le miraba y se reía.

Así que decidió que no haría nada. Lo que le llevo a una pequeña desagradable sorpresa.

―¡¡¡Emmett!!! Porque no estas trabajando, preguntó Nuria.
―Sí Edward no trabaja yo tampoco. Dijo seriamente.
―Bien, entonces, estarás castigado sin nada de sexo durante mucho tiempo. Dijo Nuria.
―¿Por qué? Dijo él.
―Porque lo digo yo, y punto. ¿Algún inconveniente? Dijo ella.
―Jajaja, hermanito tienes un problema. Dijo Edward.
―Tu a callar, dijo Sofía.
―No se te está permitido hablar, el esta castigado pero para otra cosa, el es el esclavo personal de Ana, por ser el primero en ir a fastidiarles todo. Dijo Nuria.
―Vaya, entonces, sigo haciendo vuestras cosas, si me das algo de amor, dijo Emmett como un niño pequeño, poniendo esas caras de Alice.
―Bueno, pero ya veremos como os portáis, si lo hacéis los dos bien, recibiréis sino,.... en fin, dijo Sofía.

Mientras en la cascada....

―Cariño, ¿nos habremos pasado con los chicos? Preguntó Ana.
―No, están acostumbrados hacer lo que quieran, ahora les toca probar su medicina. ―No pienses en ellos. Dijo Carlisle.
―Te quiero, te lo he dicho mil veces, pero te quiero, de verdad. Dijo ella.
―Y yo a ti, ¿en serio que quieres descendencia amor? Es peligroso para la madre. Dijo él.
―Sí, quiero un pequeño, correteando por aquí, y ellas también, además no pensaríais dejarnos ser humanas, ¿no? Dijo ella.
―No, pero no tan rápido, y tan difícil. Pero se hará como se pueda. Quieres poner en practica esos ejercicios que te enseño Alice, dijo él guiñándole el ojo.
―Uy!! No me acordaba de eso. Jiji. Dijo ella, poniéndose colorada. ―No mejor para otro momento, ahora es mas tranquilo, mejor, para cuando estemos en la casa. Dijo ella, bostezando.

―Duerme princesa mía, te llevaré a las estrellas otro día. Dijo él acariciándole el pelo.

1 comentario:

  1. ohhh, qué bonito lo de la cascada. Emmett y Edward limpiando muy bueno, jajaja

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