domingo, 17 de febrero de 2019

CARLA Y LÚA: Un Amor Bendecido Por La Luna

Hola a todos, hoy traigo un nuevo relato gratuito, en su día iba para una antología solidaria en el grupo de las Lunitas. Ahora mismo está registrada en SafeCreative: 1902179969999. Espero que os guste. Es un relato lésbico. 







Años después…

Éramos libres, vivíamos en nuestro propio clan, las tres. Mi mujer Carla y yo, con nuestra hija. Nuestras familias nos habían prohibido muchas cosas durante nuestra juventud pero ahora viéndolo desde fuera no nos hemos sentido tan bien como hasta ahora…

El cielo estaba despejado, Carla y yo paseábamos de la mano como cualquier otra pareja, era de las pocas cosas que años atrás podíamos hacer juntas sobre todo por las familias que habíamos tenido.

Nuestros padres no habían entendido el amor que sentíamos la una por la otra, lo consideraban algo mal visto. Quien lo pensaría en el siglo XXI. Pues sí, así que las dos decidimos esconderlo y por aquel entonces solo vernos en los paseos nocturnos que hacíamos ambas.

Si amigos sí, la vida era así de injusta. Siempre nos preguntábamos ¿por qué dos mujeres en este siglo no se podían amar?

Pues bien, según nuestras familias: primero porque era pecado, segundo porque estaba mal visto y por último ser de diferentes clanes.

El mejor momento para pasear era cuando la luna era completamente llena, ya que juntas conseguíamos lo que nadie hasta ahora había conseguido, el no transformarse. Además era cuando nos dejaban nuestras familias. Aunque luego todo cambió para bien.

Teníamos otra posibilidad casarnos en secreto como otras parejas lo habían hecho y fugarnos.

Pero no podíamos…Os contaremos nuestra historia.

LÚA

Mi nombre es Lúa, soy una hija de la luna, mis padres me tuvieron junto a cinco hermanos más. Dos de ellos no sobrevivieron al parto y uno de los restantes murió en su primera transformación. No es nada sencillo transformarse. Mi primera transformación fue a la edad de cinco años, iba corriendo detrás de un juguete cuando la luna impactó en mí y me transformé. Creo que lo recuerdo como la peor experiencia de mi vida. Todo mi cuerpo tembló, me sentía mal, además los huesos se rompieron al comenzar a crecerme. Ya os digo una experiencia terrible.

Cuando conocimos al clan Vampiro, me hice amiga de Carla la hija del jefe del grupo, éramos inseparables yo pasaba sus transformaciones y ella las mías. Hasta que un día en nuestra juventud nos dimos cuenta que nos amábamos.

¿Cuándo se lo contaríamos a nuestras familias? No podíamos, era impensable juntar dos clanes tan… diferentes. Así que hasta nuestra mayoría de edad lo estuvimos ocultando, paseábamos de noche y por el día intentábamos no mostrarnos el cariño mesurado que teníamos la una por la otra.

Cuando llegó mi mayoría de edad, mi padre al ser el jefe de nuestro clan decidió sin contar conmigo que era hora de casarme con alguien de la familia para que perdurara la sangre licántropa. Yo me revelé, me negué y hui de casa. Ciertamente fue algo equivocado. ¿Quién pagó el pato de esto?

CARLA

Nunca en la vida me había sentido tan feliz y llena cuando conocía a Lúa, ella tenía dos años más que yo cuando nos encontramos en el claro, su clan era un poco diferente a la hora de tratar a las mujeres, siempre llevaba guardaespaldas, parece ser que las mujeres son la clave para continuar con el gen lobo. En nuestro caso, son los hombres, así que me doy con un canto en los dientes por no ser yo la que deba transmitirlo, aunque por desgracia aún no hay forma de que los hombres puedan tener hijos.

Mi forma de ser desespera a mi familia, me suelo ir por las ramas y olvidarme el tema que nos trae a ti y a mí a esta historia.

Sigamos, Lúa era una niña especial, me quería tal cual era con mis defectos e inquietudes, cuando llegamos a la mayoría de mi edad, que no eran los 18 como los lobos, sino los 16, comencé a desarrollar amor por ella. ¿Qué iba hacer si estaba enamorada de una loba y ella de mí? Yo lo sabía, tengo un don especial, veo las uniones de los corazones. El nuestro iba a ser épico.

Mi padre por desgracia se enteró antes que el de Lúa, me obligó a permanecer en casa durante las lunas llenas, ya no podía acompañarla para transformarse pero por desgracia mi corazón se resentía. Cuando Lúa se enteró que la iban a casar con alguien que no amaba se enfureció y se escapó.

El Rey Lobo, pensó que se había ocultado en nuestro clan y pidió permiso a mi padre para buscarla aquí. Él dio su permiso además de ponerle en conocimiento de porqué su hija se había negado. Él entró en cólera diciendo que jamás aceptaría esa unión, era… una falacia y más porque éramos dos mujeres.

Nunca olvidaré cuando Lúa lo escuchó, nuestros corazones se rompieron. Luché como nunca para que se dieran cuenta que era una equivocación pero no se dieron cuenta hasta que fue demasiado tarde…

LÚA

Cuando escuché por boca de mi padre que jamás volvería a ver a Carla, mi cuerpo que en ese momento se hallaba en plena transformación, me unió a la luna. Lo que hizo que ya no deseara volver a ser humana. Era la maldición de la luna. Acababan de condenarme a ser esclava de ella.

Me volví loca, Carla me buscó durante días igual que mi familia, pero nadie dio conmigo, ya que ya no pertenecía a ninguno de ellos, solo a la luna. Yo la obedecía.

Por suerte, di con un lobo que había perdido su corazón por culpa de una tribu cercana al matar a su amor. Me explicó como volver a ser yo misma y volver con Carla. El proceso no fue fácil, primero debía hablar con mi familia y explicarles que si no tenía el amor de ella jamás volverían a verme.

Fue duro, pero ahí estuvieron todos ellos. No faltó nadie de las dos tribus, mi padre casi le da un infarto cuando aparecí en mi forma loba, él no estaba preparado para verme tal cual era… un monstruo.

Gracias a los dioses, Carla también fue y así fue como volví a ser humana.

CARLA

Aunque nuestra relación seguía sin ser bien vista en las tribus conseguimos vivir tranquilas durante un tiempo y más cuando se descubrió gracias al nuevo amigo de mi chica, un libro que hablaba de las parejas formadas por amor entre especies. Ella me complementaba y yo a ella, de esta forma ninguna de las dos volvería a transformarse salvo que una de ellas rompiese el corazón a la otra o alguien a ellas.

Nuestros padres tuvieron que “aceptar” a su manera claro está. Nos abandonaron en un claro donde había una casa, ahí solo podíamos vernos cada noche, durante el día no podíamos ser pareja. Era tabú.

LÚA

Como os decía no podíamos abandonar todo por nosotras dependía mucho algo que había en las tribus y era nuestra pequeña. Sí por suerte para nosotras fui bendecida por la luna con una cría. Pero no era hija nuestra al 100%, sino que en una de mis excursiones estando fuera de sí, me encontré a un bebé recién nacido en una canasta. ¿Sabéis a quien me recordó?

Al cuento que me contaba mi abuela sobre un niño mono. En este caso era una niña, más bonita.

Los clanes asombrados por todo lo que había pasado con mi estado y demás decidieron darnos una oportunidad, también por el bien de la pequeña. Porque… ¿a quién se la íbamos a devolver?

CARLA

Por suerte o desgracia no lo sé, la niña se quedó en los clanes, un tiempo lo pasaba con uno y otro con el otro. El problema venía que la estábamos volviendo loca, tenía momentos que no sabía con quién estaba y se echaba a llorar. Fue cuando decidieron que había llegado el momento de echársela a suertes.

Sí como lo oís. Nos obligaban a estar “separadas” y ahora pretendían jugarse a la niña en los dados o en otro juego similar. Pues no, nosotras no lo permitimos.

Dos noches después de darnos cuenta que ya no nos transformábamos cuando debíamos, cogimos a la niña, dejamos una nota y nos escapamos.

Pero claro, teníamos un problema, ¿dónde deberíamos ir? No se nos ocurrió otra idea que refugiarnos en la cabaña del prado hasta encontrar un sitio mejor. Ahí fue el primer lugar donde nos buscaron.

Cuando nos resistimos y les amenazamos comenzaron a tomarnos en serio. Creo que fue la primera vez que vi sonreír a la pequeña.

Tanto mi padre como el de Lúa, decidieron dejarnos ir con una condición, que nos fuéramos de sus tierras cuanto antes, era vergonzoso esa situación. Así que tomamos una decisión y fue la más acertada.

CARLA Y LÚA

Desde entonces vivimos en paz junto a otras parejas. Por suerte Dan el licántropo que Lúa se encontró convertido nos llevó a un lugar mágico. Donde no solo había parejas de nuestro estilo sino más tipos de personas que deseaban vivir en paz.

La pequeña siguió creciendo y ahora es una jovencita adorable que tiene locos a todos los chicos de la comuna. Debo decir que Carla la tiene prohibido salir de la comuna y yo, la tengo malcriada y de vez en cuando la dejo salir un ratito.

¿Quién sabe si no encontrará a alguien tan especial como nosotras dos? 

1 comentario:

  1. Me ha encantado el relato y me ha dejado con un gusanillo de intriga por saber más jajaja. Muy bien E. La Torre.

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