sábado, 13 de enero de 2018

Manuel

Antes de que leáis la historia, quiero haceros ver que es una historia que escribí con 15 o 16 años y estaba influenciada por el bullying al que me sometían mis compañeros, supongo que todo influye. Quizás tenga fallos si es así lo siento, la he revisado varias veces antes de subirla por aquí. También la tengo registrada. 



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Imágenes sacadas de Pixabay
Manuel es un chico muy cerrado, le gusta los videojuegos, el ordenador y salir con sus amigos. Su mejor amigo se llama Rafa, un colega americano que está pasando en España sus vacaciones en casa de Alberto. Alberto es quien le pasa los deberes a Manuel, Silvia es la novia de Manu, una chica muy estudiosa y muy buena profesora. Todos estos chicos tienen entre 15 y 17 años y tienen sus problemas.
El martes, Manu, se encuentra con Alberto que le cuenta que el fin de semana hay una fiesta en casa de una amiga de Silvia, y que ha invitado a  toda la clase y a los de segundo de BUP, también.
―No sé si podré ir, porque mis viejos seguro que no me dejan, entre el curro y los exámenes no tengo tiempo ―comenta Manuel.
―Inténtalo, vale tío. Líbrate de ellos, y vente ―le responde Alberto, dándole una palmada en la espalda.
―De acuerdo iré. ―Afirma Manuel no muy convencido.
El miércoles, le dan las notas a Manu, le han quedado cinco, mates, lengua, naturales, ciencias sociales e inglés. Cuando llega a casa no están sus padres, por lo que no tiene de que preocuparse, a la noche entra su padre en la habitación y le observa.
―Dame las notas, Manuel. ―Le inquiere el padre, extendido la mano.
―Es que… ―Titubea él.
―Es qué, ¿qué?
―Nada, padre. ―Metiendo la mano en la cartera―. Toma ―dice temblando.  El padre toma las notas, y le mira furioso―. ¿Cómo que te han quedado tantas? ― le grita.
―No es mi culpa, me tienen manía. ―Se encoge Manuel en la silla.
―Ni manía ni ocho cuartos, es que no has dado pie con bola en todo el trimestre, este fin de semana no sales y ya hablaremos de tu paga.
Manuel le pensaba contestar “ya veremos”, pero le da miedo y se calla.
El viernes por la noche, se va muy pronto a acostar con la excusa de que está cansado, pero en realidad se va a la fiesta de Silvia, en la mochila lleva dinero y también las llaves de la moto.
Cuando llega a la fiesta le dicen todos que pensaban que ya no iba a llegar, Manuel sonríe contestando que eso no se lo perdía.
Manu, llega a las seis de la mañana todo borracho y drogado se acuesta y se levanta solo a la hora de comer, gracias a su madre le levantan el castigo, el problema es que vuelve a salir, y se va con toda la pandilla a buscar pastillas.
Manuel, vuelve a llegar tarde, pero pronto según él, ya que solo son las once, pero de la mañana, ese mismo día, su padre le echa la bronca.
―Encima que te dejamos salir, llegas a estas horas, ¿qué piensas que somos tontos o qué? ―le dice con tono severo.
―Pero si solo son las once ―responde Manuel, rascándose la cabeza.
―Y encima con estas salimos, ¿no?, cuando nos separemos te vendrás conmigo y sabrás lo que es bueno.
―¿Cómo que os voy a separar? ¿Y sí yo no quiero qué vas hacer, obligarme?, contigo jamás me iré. ―le grita Manuel.
―¿Cómo dices? ―Le inquiere su padre―. Tú harás lo que yo diga. Y ahora vete a estudiar.
Al día siguiente Manuel, se marcha con la moto al curro, que está frente al instituto, para recoger el sueldo del mes, cuando tiene el dinero en la mano, piensa que está harto de todo y necesita despejarse, así que decide irse al pub que suelen ir cuando salen, allí venden material del bueno,  así que decide comprar algo para ponerse un poco, necesita llamar la atención a sus padres, así que decide beber algo antes de volver a clase, pero una vez que ha salido del local, su mente ya no responde. Coge la moto y se va a una zona que usan para carreras ilegales.
Cuando llega a una curva, se para pocos metros atrás, y quitándose la chaqueta la deja en el suelo junto a dos notas, una para su novia en la cual le dice “que la quiere” y la otra para su familia, en la que pone “dejaré de daros problemas”.
Coge la moto, da al acelerador y sale disparado contra la curva cayendo al vacío.
Por la mañana, Silvia, que no se lo cree se va a casa de Manuel, porque su madre le ha dado esa mala noticia, cuando llega a la casa no puede aguantar más las lágrimas y estalla diciendo “es muy triste acabar tan joven con una vida como la suya”, sale corriendo y se pierde por la calle.
Los padres de Manuel, ya no se separan, porque tienen que afrontar que lo sucedido es culpa de ellos, no le prestaron toda la atención que el chico pedía.
FIN

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